Una experiencia diferente. Eso fue ese largo recorrido de una hora cincuenta minutos que el día de ayer –lunes 30 de octubre- me avente en un taxi por la ciudad de México. El día de ayer pintaba a ser un caos, ok, esta ciudad siempre es un caos, pero ayer iba a estar peor. Habían anunciadas manifestaciones del APPO durante el día, lo cual iba a ocasionar mucho tráfico en toda la ciudad. Así que decidí no llevar coche a una sesión de fotos a la cual tenía que asistir por mi trabajo. Al terminar llamé a los taxis y espere unos minutos.
A eso de las siete de la noche, sonó el timbre del estudio. Pensé -no se tardó- es posible que no haya tanto tráfico. Tome mis cosas y salí, me subí al Tsuru rojo con blanco en donde el taxista de inmediato me dice: “Joven, ¿a dónde lo llevamos?” a lo cual respondí indicándole el destino y la ruta que yo prefería para el traslado. Minutos después ya estábamos en plano tráfico de la ciudad de México. Pero nunca imagine lo que faltaría para poder llegar a mi destino. Un recorrido que normalmente es de 35 a 40 minutos con el tráfico normal. Se convirtió en un largo y diferente recorrido, pero que dentro de todo, fue diferente. A que nunca se han subido a un taxi con tv y dvd. Si, así es. En unos de los primeros semáforos el taxista echa para adelante el asiento del pasajero y prende una pantalla que traía colocada en la consola central del tsuru, le pone play y ooh sorpresa: Rápido y Furioso en Tokio. Claro, supongo que súper pirata y pues ya iba a la mitad o avanzada, no la había visto, pero bueno, no me opuse a ver la película y relajarme durante el viaje.
Unos semáforos más adelante, escucho que me dice: “que navezotas, pero se la pasan chocándolas” justo después de un accidente en la película. Saca de la bolsa de su camisa el control remoto, le pone pausa, y le regresa para ver la escena nuevamente mientras duraba el semáforo en el que estábamos parados. Me dio risa, pero lo disimule.
La película continuaba y yo no veía que avanzáramos mucho en el tráfico. El tiempo a decir verdad, pasó rápido, si recomiendo eso de que el taxi traiga película incluida. Cuando menos me di cuenta, la película se termino, comenzaron los créditos. Y aún faltaba más de la mitad del recorrido.
En eso el taxista, rápidamente sacó un porta CD’s en dónde se ve que tenía muchas otras películas y eligió otra, mientras me decía: “ésta, me la acaban de prestar a ver que tal está, se llama –La virgen de los sicarios-, ¿Ya la vio joven?”. A lo que contesté que no, pero que pues la veíamos. Dije, bueno menos mal voy entretenido. Mi única preocupación era que el chofer por ver la película se estrellara, pero bueno, realmente íbamos tan lento que no afectaba mucho.
Comenzó la película, la cual no había visto y pues no pude terminar de ver. Pero si me avente fácil, más de la mitad, entre ver la película, el tráfico, el reloj, la película y así sucesivamente. Una hora cincuenta minutos después llegamos a mi destino, el cuál terminó con: “Joven, ¿cuanto le debo por las películas?”.
Fotos tomadas desde el celular.
Tuesday, October 31, 2006
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2 comments:
ahora no solo tenemos que vivir con los malos conductores gracias a los celulares, maquillajes y demàs, sino que ahorita nos encontramos con cinefilos en los coches?????
Por lo menos no la pasaste del todo mal!
jajajaja, como dice el chinito del chiste:
que tequenoloquia!!!!!
jajajaja
ta perro ver una peli en el trafico, lo que esta de la chingada es vivir con ese pinche trafico =S
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